LA TREGUA


La tregua


Autor: Mario Benedetti
Año de publicación:1960
   Esta novela está escrita en forma de diario, Esta ambientada en Montevideo, durante el año de 1958, nos relata un periodo en la vida de Martín Santomé un viudo con tres hijos que trabaja en una tienda de repuestos en la oficina de contabilidad, Santomé está por cumplir los 50 y está por iniciar una nueva etapa en su vida muy pronto va a jubilarse, pasa los días pensando en lo que va a hacer con tanto tiempo de ocio, tal vez aprender algo nuevo como tocar guitarra o empezar a escribir, en un principio las descarta pero finalmente empieza a escribir un diario sobre su vida cotidiana.
   Santomé nos relata su vida en la oficina y su vida familiar con sus tres hijos ya adultos, cuya relación no es muy buena, pues tubo una vida muy dificil después de la muerte de su esposa cuando dio a luz a su hijo menor, el se dedicó a cuidar a sus hijos y al trabajo. Pero no le fue fácil pues como el mismo lo dice no tiene vocación de madre, Santomé nunca volvió a tener una relación amorosa sólo algunos encuentros esporádicos que nunca pasaban a una segunda cita.
  Un día ingresaron varios trabajadores, entre ellos Laura Avellaneda, Santomé se siente atraído por ella pero hay muchas cosas a tomar en cuenta, la diferencia de edad pues ella sólo tiene 25 y es una compañera de trabajo y eso podría perjudiciales, sus hijos que probablemente no acepten está relación y por último el miedo a ser rechazado, pero finalmente le habla sobre sus sentimientos y ella le corresponde. Aquí inicia una bonita historia de amor, lo mantienen a escondidas, Santomé alquila un apartamento y allí tienen sus encuentros y después el va a casa con sus hijos y ella va a la de sus padres, es una relación muy amena donde hay mucho cariño y amistad. Por supuesto el desenlace se los dejó para que lo descubran por ustedes mismos,  si aún no lo han leído sólo les puedo decir que me hizo llorar. 
   
Frases:
«Cuando esa soledad se convierte en rutina, uno va perdiendo inexorablemente la capacidad de sentirse sacudido, de sentirse vivir»

«Entonces vi mi inmunda soledad, eso que había quedado de mí, que era bien poco»

«Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor»

«Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz»


«yo tendría que sentirme orgulloso de haber quedado viudo con tres hijos y haber salido adelante. Pero no me siento orgulloso, sino cansado»


«hay momentos en que tengo y mantengo la lujosa esperanza de que el ocio sea algo pleno, rico, la última oportunidad de encontrarme a mí mismo»

«Acaso mirábamos demasiado los números, las sumas, las restas, y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros»


«A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos»

«francamente, no sé si creo en Dios. A veces imagino que, en el caso de que Dios exista, no habría de disgustarle esta duda»

«Tengo pocos amigos y Aníbal es el mejor. Por lo menos es el único con quien puedo hablar de ciertos temas sin sentirme ridículo»


«De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la dicha»

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