El tiempo entre costuras

El tiempo entre costuras.

Autor: María Dueñas.
Año de publicación: 2009
   
     Sira Quiroga es una joven modista que desde muy pequeña  trabaja  junto a su madre. Sira conoce a Ignacio se enamoran y se comprometen, mientras preparan todo para la boda Ignacio decide comprarle una máquina de escribir, esto cambiará por completo sus vidas pues ella se enamora perdidamente del vendedor que trabaja en la tienda de máquinas de escribir, pronto rompe con Ignacio y comienza una relación con Ramiro, después de vivir un tiempo juntos en Madrid de trasladan a Tánger allí vivirán unos meses entre fiestas y amigos pero pronto todo cambia, un día Sira se encontrará sola, Ramiro la a abandonado y le a robado todo lo que tenía solo le a dejado deudas, en esos días estalla la guerra civil Española y Sira no puede viajar a Madrid ni siquiera logra comunicarse con su madre, se traslada a Tánger capital del protectorado Español, allí deberá reinventarse convertirse en una mujer más fuerte e independiente capaz de salir adelante y para ello retoma su viejo oficio de modista, se inventa una nueva personalidad más segura con más glamour y clase para llamar la atención de posibles clientas adineradas, Sira trabaja muy duro y sin descanso para reunir el dinero sufiente para pagar sus deudas.
    La guerra en España sigue su curso y Sira se preocupa por su madre y hace todo lo posible por trasladarla a Tetuán. La historia de Sira es ficticia, pero en la novela se mencionan personajes reales como Rosalinda Fox quien se convertiría en su mejor amiga, Rosalinda es amante de José Luis Beigbeder que en ese momento ocupa el puesto de Delegado de Asuntos Indígenas y Alto Comisario.
   Al terminar la guerra civil, Sira regresa a Madrid pero esta vez poco queda de la chica inocente que un día se fue, ahora tiene una nueva personalidad, un nuevo nombre y  una misión secreta camuflada en su  oficio de modista. 
   
Frases:

"alguien con quien recorrer el resto de mi vida adulta sin tener que despertar cada  mañana con la boca llena de sabor a soledad".

"En medió de la convulsión de aquellos tiempos en los que las broncas políticas hacían temblar las plateas de los teatros y los gobiernos duraban tres padrenuestros, apenas tuvimos sin embargo oportunidad de llorar lo que perdimos"

"Iba dejarle y ni toda la fuerza de un vendaval podría ya  truncar mi resolución".

"Me había tasado, había calibrado las formas de mi silueta y las líneas de mi. rostro Me había estudiado con el ojo certero de quien conoce con exactitud lo que  le gusta y está acostumbrado a alcanzar sus objetivos con la inmediatez que dicta su deseo. Y resolvió demostrármelo. Nunca había percibido yo algo así en ningún otro hombre, nunca me creí capaz de despertar en nadie una atracción tan carnal".

"Me acarició Ramiro Arribas con lentitud y descaro ante la inocente pasividad de mi novio, dedo a dedo, con una sensualidad que me puso la carne de gallinae hizo que las piernas me temblaran como hojas  mecidas por el aire del verano Hablaba con, complicidad con cercanía, como si me: conociera si su alma y la mía llevaran esperándose desde el principio de los" tiempos.

"Pero las cosas eran como eran y tú, demasiado digna, Dolores no ibas a consentir que os dedicara sólo las migajas de mi vida. Si no podía ser todo, entonces no sería nada".

"Descubrí también con la más inmensa, desazón que en cualquier momento y sin causa aparente, todo aquello que creemos estable puede desajustarse, desviarse, torcer su rumbo y empezar a cambiar Uno de los efectos del enamoramiento loco y obcecado es que anula los sentidos para percibir lo que acontece a tu alrededor. Corta al ras la sensibilidad, la capacidad para la percepción. Te obliga a concentrar tanto la atención en un ser único que te aísla del resto del universo, te aprisiona dentro de una coraza y te mantiene al margen de otras realidades aunque éstas transcurran a dos palmos de tu cara".


"La rectitud y la honradez eran conceptos hermosos, pero no daban de comer, ni  pagabanlas deudas, ni quitaban el frío en las noches de invierno".

"La normalidad no estaba en los días que  quedaron a atrás tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana"

 "La normalidad no era más que lo que mi voluntad, mi compromiso y mi palabra aceptaran que fuera y, por eso siempre estaría conmigo. Buscarla en otro sitio o quererla recuperar del ayer no tenía el menor sentido". 

"Por primera vez en mucho tiempo, tal vez por primera vez en toda mi vida, me sentía orgullosa de mí misma. Orgullosa de mis capacidades y de mi resistencia, de haber  superado airosamente las expectativas que sobre mí existían.Orgullosa al saberme capaz de aportar un grano de arena para  hacer de aquel mundo de locos un sitio mejor Orgullosa de la mujer que había
llegado a ser".

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